miércoles, 12 de abril de 2017

Las maravillas del mundo

Escribe: Dr. Manuel Huanqui Hurtado

La imaginación de la especie humana, ostenta una cobertura de impredecibles proyecciones a este don hay que agregar su gran capacidad de reflexión de la que está premunido, y en complicidad con su aguda inteligencia emocional, sumado a la intuición y perspicacia, que con especial sinergia le imprimen a sus gestos y actitudes, nuestro semejante ha tomado prudente distancia con el resto de animales  que desde hace miles de años convive.

Desde los albores de la civilización y durante la primera sesión solemne  que el hombre celebró en la cueva prehistórica  que fue de vida o muerte, dicha cita sirvió para que el hombre reflexionara sobria y serenamente, y advertir que nuestra especie fue concebida con serias limitaciones y desventajas en relación a otras especies que vivían en su entorno, y admitió sin mezquindades que el animal está dotado de un instinto perfecto, pero en compensación a esta aparente desventaja, el hombre posee una inteligencia perfectible.

Admite que el leopardo  se desplaza por los extensos llanos con una velocidad aún no superada, y en su discurrir su musculatura y la disposición de su anatomía funcional cuando persigue a su presa, lo hace con una armonía y ritmo tan perfectamente sincronizados que no advertimos en el perfil de la silueta del atleta más emblemático que disputa en las pistas más suntuosas de los escenarios olímpicos, en lo referente a la visión el halcón dispone de mejores atributos y la mosca tiene mil ojos en uno con una cobertura de 360 grados, y sus reacciones son de la más alta definición, que les permite desplazarse con gran velocidad y sin limitaciones, pese a su ínfima proporción y volumen, en lo  referente al olfato de acuerdo a la codificación elaborada por los especialistas del más alto nivel han colegido que el perro dispone de un olfato de la más alta definición, deben haber otros animales con mejor disposición pero no están al alcance de la operatividad que el hombre precisa, así podríamos seguir enumerando otros atributos de otros animales, pero, el hombre es consciente de estas desventajas, pero, gracias a su inteligencia está logrando sincronizar con especial sinergia todos los aportes del ciber-mundo,  y está supliendo  y superando con especial cobertura estas limitaciones, pero, lamentablemente ante un irreversible deterioro genético, un porcentaje imperceptible de todo ese perfil logrado, se está orientando a otros fines poco decorosos que ya limitan con la paranoia y que está precipitando  la extinción de nuestra especie y comprometiendo el equilibrio ecológico de la tierra que es la morada de todos los animales que son parte de nuestro entorno, y que gracias a ellos el hombre sobrevive.

Si antes el hombre envidiaba al pez que vive debajo de los mares y a las aves que surcan los cielos raudamente, ahora el hombre vive debajo de los mares y vuela más allá del horizonte que alcanzan los pájaros, gracias a su inteligencia.

Pero, el hombre desde siempre ha intuido y concretado muchas vivencias y experiencias que ahora constituyen el perfil de su cosmovisión, y en lo referente a su concepción física del mundo que habitó en otrora, su inicio fue de mucha especulación que derivó en su obcecado panteísmo, y que fue  de la diversidad de experiencias filosóficas que admiten la presencia de personajes dotados de especial sensibilidad espiritual que los ungieron como líderes de sus vivencias y sentimientos religiosos, algunos saturados de exagerado misticismo, donde la fe jugo un papel determinante, y como respuesta a  este obcecado  dogmatismo  aparecen movimientos políticos, con la presencia de ateos, agnósticos, las especulaciones con referencia, a la dialéctica y el materialismo histórico sacuden desde los cimientos todas las propuestas filosóficas y los sentimientos religiosos existentes.

Pero, con especial sinergia la ciencia con suma cautela escrutaba todo este devenir que luego iba interpretando para dar su aporte contundente y definitivo, al proponer que el gen y el átomo, son los que definen el espectro de la cultura universal.

El Gen nos devela y define nuestro ancestro y nuestra procedencia étnica, y el átomo que se mantiene en permanente mutación nos traduce con extraordinaria precisión la cronología de la edad de la tierra y el instante que aparece el hombre que viene a constituir el único actor de su propia historia.

Gracias a la era digital en la que estamos inmersos, tenemos codificados todas las evidencias y experiencias con minuciosa rigurosidad  cronológica, y en complicidad  y el apoyo de memorias de alta resolución, ahora tenemos la relación de todos los descubrimientos e inventos que el hombre ha concretado.

Esto nos permite colegir que el siglo pasado gracias a la permanente inquietud del hombre ha posibilitado postergar definitivamente todo ese obcecado dogmatismo que impidió que el hombre conozca la verdadera trama de sus orígenes, que cada día  la cobertura de las evidencias que se descubre es más amplia y contundente, pero, aun lo que queda por develar es una proporción impredecible.

El cielo y el infierno ya no tienen cupo en las nuevas generaciones, ahora se habla del universo, del Bing Bang, del Bing-Crumch, de los agujeros del universo, de las supernovas, etc., etc.,  el bien y el mal que eran designios que definían el destino del hombre han quedado relegados a la mínima expresión y esto lo advertimos  con suma transparencia  gracias al apoyo de la vía satélite que nos reportan escenas donde uno advierte absorto que la cobertura del horror que propicia el hombre que nos precedió y que le imprimía a sus actos no nos mostraban extremada crueldad, esto lo comprobamos  con las escenas que estamos presenciando, y que jamás la imaginación del hombre  logró intuir, ni en sus rituales más satánicos y tener que lamentar que las  generaciones que están naciendo en su disco duro no están digitados y consecuentemente no están preparadas para encarar y enfrentar estos trances de dolor que desembocan en la muerte, estas escenas, donde el límite de la sensibilidad humana han sobrepasado largamente la prudencia del hombre más centrado y del personaje dotado de la mejor concepción del mundo que vivimos, que le está sirviendo como marco del comportamiento de nuestra especie que es por  demás  violenta, cruenta y sangrienta, y que debemos hacer lo imposible para frenar esta espiral de crueldad  por el bien de los hombres del planeta.

Ahora que estamos asistiendo al mejor momento del devenir del hombre, que le ha adosado a su entorno natural exagerada parafernalia y extremado confort que ha superado la leyenda de las mil y una noches, pero, paradójicamente ante tanto lujo y boato tenemos que admitir que estamos viviendo en el  peor momento de la historia, al advertir en las imágenes que captamos vía satélite, de cómo el hambre, el dolor y la muerte en una progresión incontenible están presentes en los continentes que desde siempre fueron discriminados.

Ahora en pleno Siglo XXI, el hombre vuelve la mirada al pasado para escrutar sobria y serenamente lo concebido por nuestros ancestros,  especialmente en lo referente a los perfiles arquitectónicos que con genial intuición le han adosado a su entorno natural, sin romper ni distorsionar en lo mínimo el marco paisajista, y por ostentar especial contexto se les ha ungido con el galardón de maravillas  del mundo.

Pero, recurriendo al sentido común que es el fundamento de mayor cobertura y sustento social, el perfil para merecer este título, debe ser la resultante de una comunión de ideales y propósitos para lograr mantener y satisfacer su unidad étnica y cultural para que todos sin discriminaciones se reúnan en su entorno para celebrar las fiestas más emblemáticas de los pueblos que los habitan.

Esto significa que para definir su concretización no ha incidido ningún aspecto que linde con la ambición, el egoísmo, la xenofobia y la discriminación que son los aspectos que desde siempre han propiciado la disgregación de los grupos étnicos, pese a tener  el mismo fenotipo, biotipo y genotipo.

Maravilla es una estructura sin tiempo, que de por sí deslumbra, cautiva y uno siente esa atmósfera de satisfacción y sosiego cuando las contempla  debido a que es atraído por sus aromas y efluvios de su entorno que ha sido el escenario y donde se han realizado ceremonias de singular trascendencia en que la comunidad en un cónclave sin precedentes ha convivido en armonía con la naturaleza, en estos escenarios se ha producido una sinergia donde  han tomado parte activa lo étnico, lo telúrico, lo mítico y lo cósmico y en sus estructuras no se respiran los efluvios de escenas donde la sangre derramada nos salpique como consecuencia de desequilibrios sociales y excesos cometidos.

Su sustento y el marco de toda su parafernalia es eminentemente panteísta, que solo accede y respeta los designios naturales.

De todo lo escrutado y visitado a mi juicio hay tres escenarios que constituyen las maravillas más emblemáticas y representativas de todos los tiempos y ellos son:

Las Pirámides de Egipto cuya cronología aún no está bien definida, pero, constituye la heredad más emblemática de todas cuantas existen en el Oriente y Occidente, en esos ambientes se han concebido los primeros hitos del arte, la arquitectura, la escultura, la escritura jeroglífica y para muchos ha servido del sustento de los sentimientos  religiosos que aún predominan, esas pirámides están íntimamente ligadas al aspecto astronómico, que ha sido la razón de su existencia, y su preocupación permanente a estado orientada a develar los misterios de la muerte a la cual le profesaban respeto y reverencia, amén de que sus reflexiones ha sido el sustento de otros aspectos  aún  no develados de algunos grupos étnicos del Oriente y Occidente.

Esta maravilla constituye por su cobertura un perfil de singular trascendencia que incólume desafía al tiempo, tan es así que hay un proverbio que reza “Todas las cosas temen al tiempo, pero, el tiempo teme a las pirámides”

Otra maravilla que representa uno de los perfiles de mayor connotación de esta parte de América es la Pirámide de Chichenitza y todo su complejo arquitectónico que muestra una armonía de especial simetría pocas veces advertida en otros recintos y que está ligada íntimamente al flujo astronómico,  donde se traduce una proporción milimétrica,  con relación a las distancias de los planetas y el universo y esto está refrendado por la sincronización existente en su configuración que nos refiere con especial transparencia que en el control del tiempo, el calendario Maya, por los períodos establecidos nos revelan sorprendente aproximación y con sentido premonitorio lo que viene ocurriendo en lo referente al aspecto astronómico,  y que sumado a que en todo su entorno se puede admirar iconografías en alto relieve aún no develados, y que la humanidad le rinde admiración. Aquí se puede el constatar el  sincretismo de la cosmovisión Maya en toda su amplitud y donde la mutación del tiempo tiene   su mejor sustento.

América, y en especial la región sur, por un especial designio astronómico, esotérico, mágico, geomagnético, étnico etc., etc., ha sido el epicentro donde con especial cobertura se han sincronizado los diferentes flujos de la mecánica  celeste, en especial los referidos a los movimientos de rotación, traslación, inclinación, precesión, desplazamiento geomagnético, esto ha posibilitado que en la configuración de su entorno de las  áreas delimitadas y ocupadas por las antiguas civilizaciones, ostenten especial prospección y proyección geopolítica que le dotó de singulares contrastes orográficos, que ha posibilitado la presencia de escenarios para realizar experiencias genéticas, y elegir hitos estratégicamente ubicados para enviar y recibir señales cósmicas y realizar el monitoreo y control del tiempo que era el fundamento más sólido de su acendrado panteísmo, y esto nos ha posibilitado colegir que ellos solo acceden, obedecen y están supeditados a las leyes del universo, lo que muy sutilmente han planteado  en la última reunión habida en las Islas Canarias donde se llevó a cabo el cónclave con la presencia de Sthefen Hawking en complicidad con los más prominentes premios Nobel de la Ciencia, y han  deducido que gracias a sus aportes se han superado las barreras más infranqueables de ese obcecado dogmatismo, y haber develado todo el avance con referencia al conocimiento del cosmos, él es consciente que la muerte lo sorprenderá en cualquier momento, ha advertido que por un tiempo más seguirá siendo un enigma el origen de la vida, del tiempo y del universo, pese a todo el avance  científico.

Indiscutiblemente el Kosko es el epicentro donde convergen todos los caminos del tiempo.

El Kosko no sólo es epicentro, es también camino, distancia, meridiano, o destino aún incierto y enigmático, es culminación de todos los propósitos e intenciones de una etnia de singulares atributos que después de tenaz perseverancia de milenios se concreta.

Su lenguaje jeroglífico que desafía los siglos, constituye tiempo endurecido representado por escalinatas, hornacinas, ángulos, morteros, meandros, monolitos que ostentan infinidad de íconos, perfiles antropomorfizados a las que le han adosado singulares estilizaciones, e intihuatanas de variados perfiles, etc., etc.

Machupicchu, es una maravilla sin tiempo, concebida con especial intuición que supera el más preciso G.P.S. de alta definición del siglo en que vivimos, eligieron el sitio más estratégico donde se advierte y está premunido de magia telúrica, que irradia sin sobresaturar los efluvios y aromas naturales, que propicia respirar un ambiente para absorber  los aromas del pasado, en este meridiano se funden en una simbiosis cósmica lo esotérico, lo mágico, astronómico y lo místico, que supera en transparencia y luminosidad a todos los parajes de su entorno.

Su estructura geológica es la culminación de un proceso de lenta configuración de millones de años, y que ha propiciado que las manos del tiempo con especial celo haya esculpido el perfil más sobrio, bello y seguro, que asemeja  una acuarela lítica, plena de  matices donde se advierte un cromatismo de singular equilibrio que durante el día va asomando un verdor, cuya mutación adquieren por instantes contornos de belleza inigualable nunca  advertida.

Su desplazamiento geomagnético, está astronómicamente digitado para que el hombre que la habite disfrute de su entorno, no sólo por siglos, sino también ostenta una cobertura para milenios, que ha posibilitado la concepción de sus perfiles en ciclos definidos que supera ampliamente la cobertura que el tiempo le concede a la historia.

En este hito, los arquitectos del urbanismo, los ingenieros de la piedra y los astrónomos del tiempo, en una simbiosis sin precedentes le adosaron perfiles arquitectónicos con genial simetría, sin romper su marco paisajista, donde se advierte la conjunción de la piedra y el verdor de su entorno, donde uno puede admirar con singular luminosidad un mimetismo de lo natural y cultural único en el mundo y donde se puede disfrutar de un equilibrio ecológico que lo tonifica anímicamente y biológicamente al que vive en su entorno y también al que lo visita.

Recorriendo sus ambientes se advierte que el diseño original de sus estructuras de especial solidez, difieren  con otras que les han adosado como resultado de ocupaciones sucesivas en el tiempo, donde se trasluce nítidamente que las técnicas y el acabado no concuasan con su primigenia concepción, pero, a falta de una adecuada política cultural acorde con el Siglo XXI, y en complicidad con la ciber-tecnología, rayos láser y espectrómetros de la que el hombre dispone, se deben tomar las precauciones debidas, porque esas incrustaciones poco decorosas comprometen su fisonomía plena de armonía, y la consistencia de sus estructuras.

Su enigmática y estratégica ubicación ha posibilitado y servido para que durante siglos lo han monitoreado al sol, en complicidad con las sombras y sus proyecciones, teniendo como hitos inamovibles los contrafuertes graníticos que están en su entorno, que felizmente se mantienen incólumes e intocados, con los  que codifican con extraordinaria exactitud los ciclos y períodos del tiempo que transcurre, pero, cuando advierten todas las proyecciones y las sincronizan con especial cuidado, nos refieren con irrefutable y extraordinaria precisión que los nuestros al escrutar el aparente recorrido del sol, y que después de 365 días retorna al punto de partida que es cuando se inicia y finaliza el año andino, que con  fines comerciales el calendario Gregoriano que nos impusieron oscila entre el 21 y 24 de junio, que por la exactitud y precisión de su retorno, es motivo  de fiestas de color y movimiento semejando un arco iris en mutación cromática de variados matices conocida como Inti Raymi, esto significa que con su retorno el sol a su punto de partida los acompañara por un año más con su luminosidad que incide en la fecundidad y la alquimia de la tierra, este gesto no es folklore, es ciencia pura, este acontecimiento sincronizado, nos ha permitido establecer ante el consenso universal que en la medición de año hemos sido y somos los más exactos, en relación a otras presencias culturales del planeta.

Al margen de esta infinidad de intihuatanas rociados en diferentes hitos uno advierte estructuras subterráneas para sobrevivir a los movimientos telúricos de todas las intensidades y grados, geológicamente están  bien ubicados y  estratégicamente protegidos para preservar la semilla de vida que es el hombre.

Todos los perfiles más emblemáticos y representativos de las civilizaciones  no han resistido a los grandes cambios como consecuencia del desplazamiento del reloj magnético, sus débiles estructuras no han soportado estas distorsiones del cambio climático y el tiempo las ha arrasado y en algunos lugares uno advierte  los rastros que sirven de hitos para escrutar el pasado, es por esta razón que se ha popularizado el eslogan de que ruinas existen en todos los lugares que ocupó el hombre que nos ha precedió, pero, por haber elegido lugares carentes de prospección y proyección geopolítica como ostenta Machupicchu, ha sido la causa por la que han desaparecido,  y que han sido de poca cobertura.

Machupicchu, está ubicado en el meridiano matemáticamente calculado para el flujo de los cambios leves y violentos  que la naturaleza le imprime como consecuencia de su proceso de gestación geológica, y el movimiento de precesión, ostenta amplia cobertura para mantener el equilibrio climático para la sobrevivencia que el hombre precisa, para que vivan sucesivas generaciones y disfruten de su entorno sin riesgo, lo ubicaron  en un sitio estratégico, para que el flujo permanente de los vientos se renueven y le brinde un ambiente de una pureza sin igual para que la maravillosa computadora humana pueda desarrollar todas su inquietudes  y facultades con singular intuición y equilibrio emocional en lo referente a lo anímico y biológico, para que sus ultrasensibles sensores que ostenta puedan captar mensajes y recibir el advenimiento de las reacciones de la naturaleza, en abierta complicidad con la flora y la fauna, que  su ausencia o presencia en ciclos definidos son mensajes que los traduce con genial  intuición y perspicacia y eran referentes valiosos de las reacciones del entorno de la naturaleza o Pacha Mama, que eran de vida o muerte, señales que sigue emitiendo y que el hombre está dopado y sumido en una falsa modernidad y aparente progreso que las interfiere y bloquea absurdamente con las funestas consecuencias que advertimos y que atenta peligrosamente en contra de la integridad del hombre y su cultura.

Esta maravilla del mundo es una de las pocas que estoicamente resiste la indiferencia, la discriminación y la ambición de los mercaderes del turismo,  que la exponen a todos los riesgos y le adosan algunos rasgos y perfiles intrusivos que son el colmo de la aberración arquitectónica, que están comprometiendo su prolongación y supervivencia en el tiempo, y no toman en cuenta que cada visitante llega como profundo respeto a nuestra heredad, donde descubre un universo de inquietudes concretadas y plasmadas  sabiamente en sus sólidas estructuras.

Estas tres maravillas constituyen el pináculo de la cultura universal, vivimos hipnotizados y obnubilados por su grandilocuencia y majestuosidad, las generaciones posteriores a la concretización de estos perfiles, concebidas en épocas determinadas han concretado  arquitecturas que responden a sesgos definidos, donde el lujo, el boato, la apariencia, la egolatría, la ostentación y la discriminación han sido su sustento, sin comprender que la arquitectura debe ser factor de integración y no de disgregación, ahora en pleno siglo XXI  paradójicamente con fines estrictamente mercantilistas algunos personajes carentes del más mínimo sentido común y decoro se han dedicado a persuadirnos que existen otras maravillas de reciente data, pero que no ostentan los efluvios del pasado, ni la  pátina del tiempo que les imprimen los siglos que perennizan y definen su real cobertura cultural y étnica y que no ostentan la simbiosis de las que hemos muy tangencialmente  descrito.

Gracias a la tecnología de punta que la inquietud del hombre ha concebido, ha logrado que el mundo aparentemente  se haya reducido a la mínima expresión y ahora podemos surcar los aires en modernos palacios aerodinámicos para evitar el cansancio y que tan sólo en contadas horas uno pueda unir continentes, que hasta no ha mucho permanecían ignotos y remotos, pero gracias a la vía satélite que nos muestra con extraordinaria nitidez y color eliminando tiempo y distancia el patrimonio natural, cultural e inmaterial de todos los grupos étnicos que habitan el planeta, cualquiera sea su pigmento, podemos admirar su atributos y  decidir visitarlos.

Pero, para vivir en complicidad con la era digital, uno puede informarse y conocer todos los argumentos, criterios, opiniones y después de  centrada deducción establecer qué perfiles los podemos ungir como maravillas del mundo, y establecer las prioridades y preferencias, y cuáles son los que responden a otros criterios ausentes de cobertura social, como la muralla china que representa un perfil guerrero, que la erigieron para protegerse de las invasiones de bárbaros, y mongoles, el Coliseo Romano que significa un monumento a la muerte y poco respeto a la vida y la dignidad humana. La torre de Effiel  es una estructura metálica inspirada en los obeliscos egipcios, que ostenta altura y no cobertura y estatura cultural, todos los palacios  de las monarquías europeas y del oriente donde relucía su egolatría y vanidad, que disponían de infinidad de ambientes donde se escenificaron los grandes campeonatos y las competencias sociales, donde se advertía exquisita y refinada parafernalia donde las alfombras de todos los colores decoraban su orgullo, pero, era de reducida y exclusiva cobertura social, donde los marginados no tenían cupo y se dejaba traslucir el excesivo lujo y boato que precipitó  la revolución francesa, pero aún sobreviven otros perfiles donde los títulos nobiliarios de efímera consistencia es la esencia de su sino, estas son opiniones  de un arqueólogo, más  no son críticas.

El arco del triunfo, erigido para satisfacer el ego de los estrategas de la geopolítica de la guerra , su ambición era invadir pueblos indefensos para someterlos, y que sus victorias ya estaban ganadas antes de la partida de emperadores invencibles, a su retorno ingresaban triunfantes por debajo de esas estructuras monumentales que ostentaban perfiles faraónicos, para que  los hombres se sientan empequeñecidos, debido a que las coronas de laurel eran insignificantes  para satisfacer su desmedida egolatría.

Los arquitectos de la fama, recurrieron a la columna para darle perspectiva al frontis de los palacios que iban a ser destinados para albergar personajes de cierta connotación, que constituyen burdos remedos de las columnas del viejo Egipto, poco funcionales y desproporcionadas haciendo un derroche innecesario de áreas y materiales de sofisticada elaboración y selección pero, de breve cobertura en el tiempo que no satisface  su disponibilidad  ni siquiera a tres generaciones, pero, so pretexto de haber constituido parte de su historia las ungen como maravillas, pero ante la óptica de los entendidos significan estructuras carentes de esencia étnica,  que impresionan pero no cautivan y no les  merecen admiración y respeto para quienes van a sus encuentro, y su atracción es mínima. Hay otras que nos persuadieron con extremada persistencia que las consideremos como maravillas como los jardines  colgantes de Babilonia  que eran meramente decorativos, y ya se marchitaron y el Faro de Alejandría cuya iluminación y cobertura  ya son poco funcionales para los tiempos en que vivimos.

Ni que decir de los tiempos modernos, que algunos grupos étnicos que haciendo derroche de su poder económico viven inmersos en una competencia desmedida, erigen sólidas estructuras en complicidad de materiales consistentes, y les adosan caprichosos diseños artísticos que les permite concretar perfiles estéticos que nos muestran inusitado movimiento en sus líneas y perfiles que les adosan a sus estructuras, recurriendo a materiales de sofisticada elaboración y consistencia, que rompen la armonía de  los perfiles y marcos paisajistas, e históricos relegando el entorno natural a un sitial poco decoroso donde conviven etnias de todos los pigmentos con diversidad de inquietudes, sentimientos y adicciones que desfiguran y alteran los parámetros originarios, convirtiendo estos recintos en megalópolis donde se advierte extremada tugurización material y espiritual, trastocando  el auténtico propósito de los centros urbanos que debe ser la convergencia de los mejores propósitos y buenas intenciones, para una convivencia de paz  y armonía, Y donde uno advierte en sus estructuras extremada elevación que rompe el entorno celestial.

Nos merecen admiración y respeto otras maravillas de los nuevos tiempos que nos ocuparemos en otra edición.

En otra entrega, nos dedicaremos de los perfiles naturales más emblemáticos del planeta.

Manuel Huanqui Hurtado. Doctor en Arqueología.

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