jueves, 30 de marzo de 2017

No nos preparamos para vivir el futuro


Escribe Dr. Manuel Huanqui Hurtado

La era digital en la que vivimos inmersos es alucinante, y expectante,  pero, indiscutiblemente la más preocupante, y gracias   a la permanente  inquietud asumida por el hombre que se está proyectando con desafiante intención, que está sincronizando y orientando sus mejores  inquietudes a horizontes nunca intuidos ni jamás soñados por los que nos precedieron  a tal punto de que  la inteligencia de la que está previsto el hombre corre el riesgo de ser superada y suplantada por la inteligencia artificial adecuadamente sincronizada por cerebros insuflados de extremada paranoia, si no enmienda esta intención y tengamos que depender de ella y acceder a sus designios, de ocurrir este despropósito posiblemente sería el final apocalíptico de la aventura del hombre, para dar paso a otra era  que ya los cerebros más lúcidos la están intuyendo.

El sentido común que lo acompañó al hombre desde sus inicios y gracias a este aporte le sirvió para superar todos los inconvenientes que pretendieron frenar sus aspiraciones de los hombres de todos los pigmentos, ahora cuenta con infinidad de aristas y de mayor cobertura, amén de intuiciones que han superado ampliamente el sentido común que fue nuestra primera herramienta que nos sirvió de mucho para lograr  los saltos cualitativos y cuantitativos que se han generado, a tal punto que existen dos mundos diametralmente opuestos, los que viven al día con la era digital y los otros que son los más y que son víctimas de su propia extinción, por su ignorancia y que viven al margen de ella, por las limitaciones  que  intencionalmente y muy sutilmente nos imponen.

Lo poco que con minuciosa rigurosidad científica está  codificado, y aún queda un horizonte inconmensurable por desvelarse, pero, estas referencias las está aprovechando en sumo grado, a tal punto que ya estamos habitando la luna, hemos llegado a Marte con algunos inconvenientes que no faltan, y después de 9 años de un  viaje espectacular y alucinante tenemos referencias de Plutón el último planeta de nuestro sistema.

Los teólogos, teóricos, los filósofos, agnósticos, librepensadores, recién se dan cuenta y toman conciencia de que todo lo que intuyeron no ostentaba el fundamento que le diera seriedad y sobriedad que cada momento que la historia precisaba y es una de las causas de la crisis que vive la humanidad, debido a que todo el espectro con el que contamos es la consecuencia de especulaciones, intuiciones  y caprichos de personajes que se proclamaron como los líderes y dioses terrenales y la proyección de sus actos nos están conduciendo al suicidio de la civilización.

Hay algo que pareciera que el hombre ha dejado de insistir en tratar de desvelarlo, es el referente al  origen de la vida y el tiempo, debido a que su mente no tiene la cobertura para tratar de interpretarlos porque adolece de serias limitaciones, pero vive inmersa en ellas, pero su terca inquietud e insistencia está permitiendo ya haber concretado in vitro recurriendo a las células madres el embrión de un  espécimen.

También es preciso revisar algunos aspectos referentes a la cueva prehistórica, posible primer  albergue del hombre en su breve aventura, este  aspecto se está analizando son rigurosa minuciosidad, porque  conforme avanza el tiempo del mundo cibernético, las dudas y las incongruencias saltan a la vista y esto nos permite reflexionar para enmendar algunas especulaciones.

Ahora en pleno Siglo XXI, ya no se puede poner en duda la mutación del átomo  que ha definido conocer  la edad de la tierra, ni mucho menos la teoría de la evolución de las especies en función al gen del cual estamos constituidos y en la cual vivimos inmersos, la falta de consistencia científica en algunas especulaciones referentes al espacio, este permitiendo que los ufólogos estén adquiriendo especial protagonismo.

Desde los inicios de las investigaciones sobre nuestros orígenes, lamentablemente obviamos la columna vertebral de nuestro sino, y es el referente al aspecto genético, los últimos aportes nos están desvelando que la vida ostenta  473 genes que constituyen su espectro y que es el número que se requiere para configurar una bacteria de vida, pero, aproximadamente nada menos de 149 de sus componentes tienen una función desconocida, y que es uno de los interrogantes de mayor cobertura para la genética actual, al margen de que algunos de estos componentes  inciden y posiblemente definen el biotipo, el genotipo, fenotipo de nuestra especie o grupo humano que  define su genoma social y que es determinante para la configuración del paisaje humano y que nuestra especie muestra una diversidad de fisonomías que es la consecuencia de que nuestra especie ha soportado una prolongada promiscuidad genética y que no la hemos superado y nos está conduciendo a guerras étnicas saturadas de  una odiosa discriminación y xenofobia incontenible que está soportando nuestra dolida humanidad.

Amén de que el genoma humano que tiene 3,235 megabases, de ellas 51 megabases  son arcaicas en los europeos, y 55 en los euro-asiáticos, y 65 en los asiáticos orientales, de donde posiblemente provenimos los despectivamente llamados indios, aborígenes y autóctonos de nuestra América en el que están inmersos  Perú y México, las presencias más emblemáticas del planeta, y que lamentablemente no han sido estudiadas plenamente, sólo se conocen con honrosas excepciones algunos planteamientos serios de Arqueología Genética, los demás se han dedicada a buscar osamentas, utensilios, ceramios etc., etc., describirlos minuciosamente, bautizarlos con nombres poco coherentes desdeñando su toponimia original que desvirtúa el auténtico mensaje, y uno advierte que los mal llamados museos están  repletos de evidencias ubicados en vitrinas sin la sincronización debida, y continuamente se modifican y que desvirtúa el verdadero perfil del pasado, obviando el fondo y dando preferencia a la forma y que no ostenta la fidelidad de lo acontecido.

El verdadero origen del hombre  aún no está bien definido, nos refieren de los neardentales que se cruzaron más de tres veces con los homo sapiens, luego se extinguieron y manifiestan los entendidos que ostentaban mejores atributos que nosotros, pero no podemos descartar que estas incidencias son la consecuencia de sucesivas migraciones,  invasiones y conquistas que han propiciado una promiscuidad genética que lleva milenios y lo único que podría tratar de enmendar este designio  sería hacer lo posible por reordenar nuestra genética y a mi juicio sería más que imposible y para tratar de lograrlo sería  durante casi el mismo tiempo  o más del que demoraron esas vivencias para ver si logramos postergar y  lograr eliminar y  rectificar la actitud que está  asumiendo el hombre inexplicable por cierto.

Esta distorsión genética sólo  se advierte en nuestra especie, las demás que conviven con nosotros mantienen su pureza genética y trataré de explicar con un solo ejemplo, nosotros no advertimos en una cebra que en su configuración exista una raya más de la digitada por su concepción biológica, lo que no ocurre con la  escultura humana, donde  no advertimos afinidad en la cobertura que se advierte en todos  los animales, salvo honrosas excepciones de grupos étnicos que han  tenido la precaución de cuidar su genoma humano, y que muestran afinidad en sus características más determinantes.

Ya se conoce aunque no con la rigurosidad que se precisa, los perfiles arquitectónicos de todas las presencias culturales del planeta de todos los tiempos, unas eminentemente funcionales y otras de extremada ostentación, y que cada día pierden vigencia, tenemos el listado de los inventos y descubrimientos, de los componentes constitutivos de nuestro planeta que hasta no ha mucho era  de 112, y ahora ya son 113 porque hay uno más recientemente descubierto bautizado como Uruntrio, y cuantos más habrá por desvelarse, conocemos las edades de la historia y su cobertura cronológica  y cuál ha sido lo más significativo de cada una de ellas y que el hombre lo ha utilizado para su sobrevivencia, contamos con la  relación de  todos los recursos que  dispone, ya tenemos el listado de los grandes pensadores que revolucionaron  la actitud e intención del hombre, y es digno reconocer que sus aportes durante siglos prevalecieron y algunos aún todavía  tienen vivencia y que muchos lindan con obcecados caprichos, vivimos un instante crucial, hay pueblos que se prepararon para el futuro y otros no, de repente uno se ubica en cualquier meridiano  del planeta y advierte claramente que hay gentes que viven en las grandes megalópolis de dos tipos de personalidades, unos que son hijos de la ubre y otros ya son hijos de la urbe, estos últimos han copada todos los espacios y su poca sensibilidad huérfanos de vivencias de nuestra intimidad étnica, que debe ser la columna vertebral  del genoma social es en estos segmentos donde la violencia adquiere inusitada crueldad maquillándolos esos gestos y actitudes como xenofobia, discriminación y racismo y que los profesionales de todas las especialidades no hallan la solución y la cobertura para que la gente viva como gente.
Cada siglo ha aportado sus propios convencionalismos, sus vivencias, sus formas de gobierno, y ha nominado a los personajes más emblemáticos con títulos honoríficos, y nobiliarios y les han adosado muy sutilmente  su indumentaria para ser reconocidos como tales, desde el brujo, chamán o hechicero de la cueva prehistórica, hasta el presidente más renombrado, sin dejar de mencionar que se han alternado con reyes, emperadores, jeques,  etc. etc., y se han dedicado a mantener su investidura a la que le han adosado ciertos privilegios sin resolver en lo más mínimo los grandes problemas sociales que aquejan a la humanidad de  todos los tiempos, cada uno de estos personajes están imbuidos de exquisita intimidad étnica que comparte con los de su entorno, y para ello han erigido ambientes de extremado lujo y boato y que cada día que transcurre pierden vigencia y son un impedimento para el progreso de los pueblos, y en esta jungla humana increíblemente  pululan gentes que viven bien, otros que conviven y la gran mayoría sobrevive con extremada resignación  y que ninguna revolución le ha resuelto sus problemas.

Vivimos en el mundo de ficción y extremada apariencia con problemas que son producto de una fatua civilización, donde la intimidad étnica no cuenta y el hombre es presa de sus propias contradicciones, y las grandes megalópolis son escenario de permanentes pugnas que distorsionan el auténtico propósito del hombre,  de vivir en comunidad. 

El ego y el subconsciente de cada hombre, ostenta horizontes ilimitados, cada uno dotado de su intimidad étnica impenetrable, y en su subconsciente pugnan infinidad de inquietudes, angustias, deseos reprimidos, ambiciones etc., etc.,  que en algunas ocasiones emergen con inusitada violencia que muchas veces la sociedad que tiene patrones de comportamiento que les imponen, se sorprenden, para ello recurre a personajes que fungen de autoridades huérfanos  de sensibilidad social y como solución asumen actitudes poco decorosas que desconciertan, eso sucede lamentablemente por no contar con un medio de comunicación de  especial cobertura que pueda evitar el cisma que cada día crece provocando un espiral de violencia incontenible que deriva en guerras de grupos étnicos  que ostentan el mismo origen genético y comparten  los lineamientos de un mismo  genoma social.

Es importante definir el referente al paisaje humano y al paisaje animal que a mi juicio incide decididamente en la integridad de los grupos étnicos.

Todos los animales ostentan su paisaje animal, que es lo que los caracteriza  al hipopótamo del elefante, y al león del puma, sería largo enumerar otros ejemplos, pero esas características genéticas son afines y eso los une instintivamente.

Pero, esto no ocurre con el paisaje humano, que  es la consecuencia de infinidad de pugnas que se han suscitado desde que el hombre o especie humana habita la tierra, lo que debió tomarse en cuenta debió  ser lo genético, superado el trance más difícil algunos grupos étnicos recurrieron a las guerras, que dio origen a las invasiones y someter a pueblos enteros e imponerles sus designios, en  ese trance  ya sea por la fuerza, necesidad o imposición se inicia la más incontenible e incontrolable  promiscuidad genética, que altero, distorsiono, deformo el paisaje humano que debió tener por lo menos los más mínimos marcos referenciales.

Ahora el panorama del futuro es incierto e impredecible y enigmático, pero, algunos hombres dotados de una mística digna de ser imitada están hurgando horizontes ignotos que nos están brindando la oportunidad de abrir  las ventanas que la ignorancia del hombre que inconscientemente las mantenía cerradas y nos están brindando la oportunidad de conocer otras vivencias y otros mundos que ni nos imaginamos que existían y lo más sorprendente es que estemos llegando a ellos.

Todas la filosofías, pedagogías, teorías, planteamientos han colapsado, los sentimientos religiosos están en pugnas permanentes, y  ninguna merece ser la preferida, lo que le faltó al hombre que nos precedió fue sincronizar con especial sinergia todo lo intuido y prepararnos para vivir  dignamente cada siglo.

En honor a la verdad todavía hay pueblos que no han tomado la decisión y la capacidad de salir de la cueva prehistórica, hay otros que siguen  viviendo en la edad de piedra, que en honor a la verdad para muchos es la más funcional y de mayor cobertura, otros se quedaron en la edad media y siguen pugnando con los mismos  métodos y argumentos, otros han intuido revoluciones y ninguna culminó con los principios que arguyó.

Pareciera que gran parte de todo lo  recopilado y concebido por los que nos precedieron sumado a la intuición de genios que no hay que   dudar que existen ya tienen diseñado el futuro y la nueva hoja de ruta.

Todo el patrimonio natural que disfrutó el hombre desde sus inicios ha sido modificado burdamente para su comodidad y vivir con aparente confort, y sus  excentricidades  ha posibilitado que el hombre se haya implementado de infinidad de artefactos, herramientas, vehículos, arquitecturas, etc., etc.,  sin la cobertura que debió prevenirse, y ahora los más de 7 mil millones de habitantes que viven en el entorno de los grande megalópolis están colmatadas de basura humana y de la otra y tiene que convivir en estas condiciones inevitablemente.

Este pedazo de geografía donde habitamos que debió ser el paraíso terrenal, la imprudencia del hombre, su ambición, su egoísmo, su paranoia, su insania lo ha convertido en el centro donde la combustión humana, donde la  contaminación, la sobreexplotación, están generando mutaciones irreversibles que están propiciando males de índole físico  y psicológico que antes no los conocíamos, sumado al recalentamiento global el panorama que se avecina es más que preocupante.

Pero, salta la pregunta de inmediato, estamos preparados para encarar este futuro incierto, o qué medidas se están tomando, si cada día las grandes capitales del mundo son escenarios donde se reúnen  supuestamente los cerebros más lúcidos para encarar los problemas que nos aquejan a pobres y ricos, pero, pareciera que ignoran la esencia del problema y no resuelven nada, porque existen otro tipo de intereses.

La inteligencia y la imaginación del hombre no tienen límites y nos están conduciendo a otros mundos, pareciera que sus proyecciones ya las intuyen, ellos se han dedicado exclusivamente a profundizar la mutación del átomo y el gen, y lo relacionan con los eventos cósmicos en el cual estamos inmersos.

Las guerras cada día adquieren inusitado protagonismo, sólo conocemos las declaradas y que la televisión nos reporta pese a la censura, pero hay otras guerras no declaradas que son las más  letales, que están diezmando pueblos y continentes.

Las comunicaciones han logrado un avance increíble, y en un sincretismo sin precedentes  el mundo científico eliminado tiempo y distancia, se comunica con íconos y números, y existe el peligro de que un virus letal borre repentinamente todas las memorias codificadas esto nos conduciría a un caos semejante al de la Torre de Babel, que  desencadenaría la crisis jamás prevista. Esta es la guerra que temen los dueños del mundo. 

Ahora todo es posible, hay quienes  que sin medir sus capacidades están sincronizando la inteligencia natural y la inteligencia artificial, y sin medir las consecuencias la proyección de sus designios serían por demás aterradores.

Pero, hay  un núcleo selecto  de cerebros, no sé si iluminados por extraños  designios, y ante el panorama   desolador que nos amenaza, ha decidido obcecadamente  escapar de esta tierra tan generosa que no la supimos aprovechar dosificadamente, antes que suceda el apocalipsis.

Ya se está implementando un arca de Noé en el espacio,  con todo el conocimiento científico codificado, para que pueda soportar el tiempo que  dure la insania  del hombre en extinguirse, y retornar para fumigar y limpiar toda la basura que dejó la  hecatombe humana, y diseñar el futuro con el criterio que precisa el futuro, sin descartar otras alternativas, no en vano   ya nos estamos aclimatando para vivir en la luna o marte  que ya están en proyecto.

La otra alternativa  es que nos resignemos a seguir viviendo como estamos, donde todos los valores, la buena intención, no nos sirvió ni nos sirve  de nada.

Pero, es urgente empezar a prepararnos para el futuro, cualquiera  sea el resultado.

Lamentablemente obviamos lo genético, que es el sustento de la evolución de todas las especies.

Basta apretar un botón y de inmediato la pantalla nos refiere e informa lo que uno precisa, pero, no sólo es apretar la tecla  debido a que   esta decisión nos puede conducir a otros horizontes aún más  desconocidos y que es muy posible no  interpretemos  debidamente su mensaje.

Cada siglo tuvo sus pensadores, sus especialistas, sus profesionales, sus inquietudes, pero en pleno Siglo XXI, y asociando algunos elementos diagnósticos nos damos cuenta que muchos aspectos ya están desfasados e insistir en ellos ahonda el caos y advertimos en nuestra sociedad que estas incongruencias están derivando en violentas confrontaciones, para ello no se escatima en concebir las  armas y los métodos más letales y contundentes.

Felizmente las amenazas de meteoros como el que hace 65 millones de años extinguió  parte de la vida en el planeta, no  son  posibles porque los tenemos digitados, pero tenemos que estar alertas.
No podemos descartar que haya otros mundos, que el hombre no ha utilizado todas sus facultades, para acercarse a ellos, la telepatía y la comunicación con otros mundos se está dando. Esto no debe merecer especial atención.

Pero, suceda lo que suceda, de todo lo codificado estamos en la imperiosa necesidad de salvar lo más emblemático para que sea la columna vertebral  de un futuro digno, si es que se da.

Ud. para que está preparado y que espera de este aparente progreso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario