jueves, 9 de marzo de 2017

Etnia o nacionalidad


Dr. Manuel Huanqui Hurtado

Nadie se imaginó que el siglo XXI, nos iba a brindar la oportunidad y el privilegio de disfrutar, y el de ser actores y testigos del mejor momento de la historia y paradójicamente ser conscientes que también estemos viviendo el peor instante de todos los que nos han precedido, porque está salpicado de horror, ambición, frustración, angustia y muerte.

Gracias a los últimos sondeos y estudios realizados por destacados especialistas, nos develan, que felizmente con el SIGLO XX, han muerto muchos mitos, dogmas, teorías, especulaciones, y designios etéreos, que distorsionaron el verdadero mensaje del pasado, que nos legó el hombre prehistórico y que recién se empieza a revalorar la auténtica trascendencia que ostentó, porque gracias a su gesto sacrificado y riesgoso, somos actores y testigos de esta aventura.

Muchas de estas especulaciones, filosofías, cosmovisiones mal concebidas, son las que propiciaron la disgregación y el enfrentamiento de grupos comunitarios o grupos étnicos de milenaria y reciente data.

Uno de estos aspectos que propició y precipitó irreconciliables actitudes e insulsas confrontaciones, es el referido al pigmento del hombre y que por mucho tiempo fue y aún sigue siendo el pretexto de odios, discriminación y guerras de xenofobia, que acarrea funestas consecuencias, con un costo material y humano de imprevisibles proyecciones.

La aventura del hombre, que como consecuencia lógica de la evolución, se inicia hace más de diez millones de años y paulatinamente este personaje va definiendo su impronta y recién hace 50,000 años, cuando el ensamblaje de su constitución anatómica y anímica estaba ya en su configuración final, y después de haber superado su riesgoso y fatigoso nomadismo, que dará paso a un sedentarismo de variadas características de acuerdo a la orografía y la ecología, cada una con sesgos muy peculiares que irán definiendo su cosmovisión, después de estas actitudes ya se van perfilando sus primeras manifestaciones culturales.

Ahora, con el avance científico se van esclareciendo todas las especulaciones referidas al pigmento del hombre, que no constituye un capricho divino, ni ningún designio o exabrupto de especulaciones o filosofías carentes de sustento lógico.

La pigmentación o despigmentación de la piel de los humanos, es la resultante de la incidencia de los rayos ultra violeta en toda la superficie del cuerpo, y la sustancia de la melanina que la cubre, es la que define el color, por la intensidad que soporta.

El negro, será negro y re-contra negro, alto y atleta y con poros bien proporcionados , porque el área donde desarrolló y configuró todas sus características biológicas, aptitudes, imaginación, voluntad, inteligencia, ese escenario fue y es el desierto, es en esta área, donde convivieron durante milenios, con grupos étnicos que ostentaban las mismas características, los mismos riesgos, las mismas posibilidades y el aprovechamiento equitativo y dosificado de los recursos de su entorno, es en este ambiente, donde concibieron su cosmovisión o sincretismo cultural, pero, quién definió precisamente todo ese universo de manifestaciones y características es el ambiente y el entorno natural y otros designios esculpieron sus características antropológicas.

El blanco será una persona sin pigmento, porque en su travesía de huir del África, se metió a la congeladora del mundo de ese entonces que era Europa, donde en algunas regiones muy brevemente disfrutan de los rayos ultravioleta que emite el sol y sus orografías no muestran altitudes prominentes , eso posibilitó el culto al individualismo y ser proclives a la guerra, que fue el detonante que inspiro las invasiones para aprovecharse del patrimonio material de los pueblos que no ostentan esos designios y recursos.

El esquimal que vive en regiones mucho más gélidas que los europeos, será de baja estatura, proporciones anatómicas gruesas, porque tiene que concentrar energía, de lo contrario moriría de frío, y el pigmento que ostenta no será de un negro intenso, ni de un blanco impecable, sino de un tono intermedio calcinado por la gélidas temperaturas que caracterizan a estas regiones.

La escultura humana se va perfilando de acuerdo a la orografía y el ambiente del entorno, como ya lo acotamos líneas arriba, sumado a la proyección genética.

Y si nuestro abuelo ancestral fue negro, después de 2,000 generaciones en el África sigue siendo negro, y re-contra negro, es precisamente, porque en los albores de la civilización, como consecuencia de los designios de la mecánica celeste, el único sitio o lugar que le brindó a nuestro antecesor (un óptimun clymatión) un clima aparentemente óptimo para su sobrevivencia estaba en el África , el resto del planeta estaba cubierto de hielo, posteriormente cuando migra a otros continentes va definiendo el color del pigmento y su arquitectura humana, por influencia de la orografía y la ecología de cada segmento geográfico .

Es por ello que los negros, es la etnia, grupo o comunidad primitiva, exótica, atávica, etc., etc., o como quieran denominarla los herederos de los estudiosos y especuladores de las teorías antropológicas, referidas a explicar el origen del hombre, al margen de las divinas, el negro es el personaje que al haberse confrontado su ADN, es el que ostenta la mayor antigüedad de la especie humana, certificado plenamente por métodos radioactivos de datación del pasado.

Pero, este personaje de oscura piel, iluminó el sendero que recorrió el hombre y que después, cada región o franja ecológica, le fue imprimiendo el tomo a la piel, que fue definiendo su identidad, sumado a esa constelación de vivencias, representadas por miedos, alucinaciones, sugestiones, supersticiones, sueños, mitos, gestos, mimos, gritos, representación de íconos, a los que les adosaron líneas y colores, amén de haber presenciado asombrados eventos cósmicos imprevistos, e inexplicables para ese entonces, que con el correr del tiempo, fue configurando su esquema mental, que los especialistas han acordado en denominar cosmovisión o sincretismo cultural.

Pese, a toda esta odiosa discriminación hacia los abuelos de la humanidad, por parte de grupos étnicos des-pigmentados, que aún todavía no admiten que su reta-ta-ta-ta-ta- rabuelo fue negro, nadie ya puede desconocer, que la fibra, la consistencia, el ensamblaje biológico de las personas de color, constituye la semilla del hombre, y es el que ostenta la mayor consistencia biológica, esto lo han demostrado y lo vienen demostrando con mucha trasparencia en las actitudes que asumen, en competencias y otras actividades afines, que la comunidad desde hace tiempo ha sugerido, para establecer la superioridad en los eventos y al final de los mismos se inclinan reverentes ante esa verdad irrefutable.

Un indicador que constituye para muchos la mejor referencia, es el que lo advertimos nítidamente en el aspecto deportivo, cuando se programan cada cuatro años, la escenificación de las Olimpiadas y Campeonatos Mundiales de las diversas disciplinas,

En estos mega eventos, donde brillan, no podríamos decir con luz blanca, sino con especial destello, los atletas de color, cada vez que suben al podium para ser ungidos con las medallas más brillantes que la ostentación y la vanidad del hombre ha concebido, para establecer superioridad en relación a otros grupos y que no se resignan a aceptar.

Nos remitimos a la historia casi reciente, quién no recuerda al legendario Kasius Clay, que lo ungieron como Campeón Mundial de Boxeo de todos los pesos. En ese entonces hablo con voz firme y serena, salpicada de humor fino y con mucha contundencia, cuando nos manifestó lo siguiente, ante la prensa internacional “Señores soy el hombre más macho y más bello del mundo, y al que le asome alguna duda, sírvase ponerse frente a mí, para hacerle cambiar de parecer”. Esta versión está apoyada, en un pensamiento estético, que dice, “Que la belleza no está en el color, sino en las formas”.

En la esfera del foot-ball, emergió de los estratos más humildes de las favelas del Brasil un personaje llamado Pele, pese a que en ese entonces, recién hacía su ingreso triunfal la televisión, deslumbró al mundo desde que dio sus primeras patadas a la pelota, y nuestras sociedades estaban a la espera de algún pretexto que disipe en algo la angustia colectiva, este personaje suplió en algo este sino, por sus especiales y excepcionales cualidades que ostentaba para el dominio del balón, fue ungido como el Rey del Foot Ball. En otra circunstancia en una edición de las Olimpiadas, ante el asombro del mundo, una inglesa de tez oscura, subía al podium, para que le impongan y reciba la Medalla de Oro, por haber demostrado que era la mujer más veloz del mundo, y bañada en llanto, pero llena de gloria, expresaba que el país al cual representaba , sólo la usaba como mástil, para demostrar con fines políticos su aparente hegemonía, paradójicamente esta mujer de ébano representaba al país donde la discriminación y la xenofobia se advierte con mayor contundencia..

Así, podemos seguir enumerando infinidad de representantes de la etnia negra, que brillan con luz propia en otras disciplinas, artes y oficios.

Fue tanta la discriminación, a tal punto que se pretendió inclusive argüir que ciertos deportes eran exclusivamente para que la practiquen los blancos, como es el caso concreto del tenis, pero emerge el músculo negro y derrumba este mito, cuando las hermanas Williams se encargan de desvirtuar este sino.

Algunos dotados de especial humor blanco, que contradice al negro, han manifestado que para culminar con todas las aristas del deporte, sólo les falta la disciplina deportiva, en el campo de la natación, pero, que no han logrado el cupo que requieren; pero algunos ya están manifestando, que secretamente están experimentado con esta disciplina deportiva, aprovechando que los ríos del África, ostentan un caudal moderado y pausado, arrojan a jóvenes de especiales condiciones físicas al río, y detrás de ellos le sueltan un cocodrilo, esto les está posibilitando practicar la natación para lograr la velocidad que precisan para futuras competencias.

Con estas vivencias, queda demostrado el aspecto referido al pigmento, que es parte determinante y el sustento de la etnia. o comunidad nativa, a la que el tiempo le va adosando, experiencias, vivencias, fonemas, lengua, costumbres, ritos, danzas, tonadas en la forma de hablar, apodos, que sumado al encaje geográfico y el paisaje natural, con el correr de los siglos van perfilando la aldea, luego el pueblo, para derivar en la ciudad.

Pero, el sustento humano, es determinante y es el que definirá su identidad e historia y las personas más prominentes serán las que los representen, por ostentar singulares atributos y son los que se yerguen como los hijos y exponentes más emblemáticos y ellos se convierten en los interlocutores y hablan en nombre del grupo y sus gestos y petitorios son los que realmente constituyen los auténticos requerimientos de sus aspiraciones y sus necesidades, pero estos grupos, por su misma composición genética y de acuerdo a los designios de su cosmovisión, viven en armonía y en las fiestas y celebraciones conmemorativas de alguna gesta o efeméride o hito histórico, es evocado con profundo respeto y con extrema unción, a la cual le adosan la alegría y la música que es la inspiración de sus antecesores, pero, estos grupos son respetuosos de las tradiciones y costumbres de otros etnias, que en algunas circunstancias tienen que alternar, con los que provienen de otras latitudes.

Estos grupos étnicos son muy respetuosos de la intimidad de sus miembros, inclusive con la actitud que asumen algunos forasteros que llegan y que poco a poco se asimilan a la etnia, pero, por respeto al pueblo que los cobija, no sorprenden, no son irreverentes, ni se atribuyen su representatividad, ni mucho menos tratan de imponer sus designios o caprichos y por la prudencia que muestran, no imponen sus deseos, descartándose cierta superioridad.

Y toda su doctrina, su modus vivendi, su comportamiento, sus gestos, actitudes, que es lo que se conoce como identidad de un pueblo y que es la legítima expresión espontánea del grupo que perfila su personalidad, que también paulatinamente va asimilando los aportes de la ciencia y la cultura y muy sutilmente va perfeccionando su actitud, que algunos la denominan refinamiento.

Con el correr de los milenios, esta etnia o comunidad nativa o primitiva, que en sus inicios según la opinión de destacados antropólogos culturales, manifiestan que comenzó con el matriarcado, para posteriormente derivar en el patriarcado, pero, cual fuere su origen, la verdad más transparente, es que la etnia, fue el germen de lo que los políticos y filósofos de la historia han sugerido denominarla posteriormente como: clan, ayllu, patria, nación, estado, imperio, república, monarquía, satrapía, etc. etc. formas e instituciones de gobierno, que han tenido en algunos casos, relativo éxito y que no han logrado obtener la consistencia de la etnia.

Desde hace mucho tiempo, algunas ciudades, como consecuencia de un aparente progreso, han soportado invasiones, conquistas, guerras, y con el incremento del flujo del comercio, especialmente por donde han transitado los grandes caminos de la cultura, se convierten en epicentros, allí convergen diversidad de etnias, con todo su universo de manifestaciones, donde confrontan su sapiencia y se van decantando y deshojando todas aquellas que no ostentan equidad, para evitar la desmedida explotación del hombre por el hombre, que propicia la brecha de pobres y ricos y que ha generado la concepción de filosofías, convencionalismos, doctrinas, sentimientos religiosos, corrientes ideológicas, etc., etc., cada una de ellas con diferente óptica y de acuerdo a ciertos intereses y que en muchas oportunidades estas actitudes resumen el sincretismo de la etnia, de las cuales prevalecerán las que ostenten mayor cobertura y consistencia social y predisposición para ciertas artes y oficios que los van tipificando.

Es por esta razón, como conocedores de toda la trama que ha recorrido la etnia, desde sus inicios, y que ostenta especial cobertura genética y que es de milenaria data, que en consistencia social, largamente sobrepasa a la denominación de nacionalidad, que es reciente y además porque la etnia ostenta fuertes vínculos tradicionales y culturales, pero, tenemos que admitir que otros grupos sociales de reciente data, por un maquiavélico designio, aparentemente se han fortalecido más, y han ido distorsionando el auténtico propósito de los conglomerados humanos, habiendo emigrado desde hace siglos a otros continentes, sometiendo a pueblos y comunidades nativas que ostentan sólidos principios éticos y morales y que paulatinamente, y muy sutilmente los van suplantando y disimuladamente los van sometiendo, para luego imponerles sus designios, inclusive algunos han pretendido exterminarlos y en otros los han hecho desaparecer, muchas veces recurren a sentimientos religiosos, filosofías extrañas para lograr estos fines.

Es cierto que genéticamente tenemos un solo origen, inclusive algunas características somáticas son similares en muchas etnias o comunidades nativas, pero, sus gestos y actitudes, ética, moral, artes, etc., etc. paulatinamente van definiendo al grupo, y es lo que se conoce como identidad.

Es por ello que cada grupo, etnia o sociedad, elige por consenso a su representante y tácitamente le otorga amplios poderes para que lo defienda y abogue para que le respeten todos sus derechos, y genéticamente tiene que recaer en el personaje más genuino y no sea usurpado por un advenedizo, que aprovechándose de la prudencia de la comunidad, asume un falso liderazgo. .

Pero, esta elección debe recaer en el mejor personaje de la etnia, dotado de especial e inquebrantable dosis de ética, y moralmente es el ente más emblemático, que reúne especial empatía, carisma, ángel, porque de él depende la armonía y consecuentemente el progreso del grupo, que está unido genética y tradicionalmente.

El concepto de nacionalidad es reciente, adolece de sólidos principios y muestra serias incongruencias y ha precipitado a pugnas carentes de un auténtico propósito, sin sustento social y que deriva en una forma de comportamiento inconsistente, debido a que es el resultado de la imposición y que debe prevalecer, a cualquier precio, y es en estas circunstancias que las grandes capitales del mundo, reciben personajes de diferentes comportamientos, actitudes y gestos, cada uno de ellos provienen de etnias o comunidades dueñas de su intimidad étnica y cultural, que a su llegada a la gran urbe recibe el fuerte impacto de la discriminación y la marginación, que genera el desconcierto colectivo, que consciente o inconscientemente precipita tácita disconformidad, ante esta actitud y al desamparo al cual están expuestas, los personajes de una etnia o comunidad, se agrupan en cualquier rincón de la urbe, buscan un pretexto, para lamentarse de su suerte o festejar un aparente triunfo , que en los últimos lustros se ha institucionalizado como “Club” , que no es más que un muro de lamentaciones, donde cada fin de semana, se reúnen los inmigrantes para rescatar afectos, revivir recuerdos, añorar momentos idos y alimentarse de esperanzas que nunca se concretan, y se convierten en frustraciones que conducen a la depresión y la nostalgia, que deriva en el fracaso, para lo cual ya se han nutrido de una fuerte dosis de resignación, que paulatinamente minará la columna vertebral de nuestra herencia genética, donde reside nuestra auténtica identidad cultural.

Y en esta pugna, donde convergen todas las vivencias de etnias o comunidades primitivas, nativas o sociedades de moderna gestación, o lo que fuere, las grandes urbes, megalópolis, etc. ,etc., se convierten en campos de batalla donde las pugnas son cotidianas y propician el surgimiento de líderes, personajes que se atribuyen lucidez extrema, para resolver todos los diferendos, y ante la impotencia de muchos miembros , aceptan resignados la imposición de conductas, comportamientos, actos, gestos, artes, modas etc., etc. que va acelerando la descomposición social que ya se advierte, por no haber respetado el designio de las etnias de milenaria data, que ostentan mayor sustento genético y cultural.

Esta marginación, discriminación, de quienes concibieron maquiavélicamente sus reglas de juego en base al pigmento, el arte, el refinamiento, la estatura, status económico .etc. imponen sus designios, con un costo social de imprevisibles consecuencias, y que desde hace un buen tiempo lo estamos advirtiendo.

Y todos los hijos de los inmigrantes que nacen en la grandes urbes, megalópolis, metrópolis, o lo que fuere, por estas distorsiones sociales, son hijos de la frustración, la aventura y la desesperación, carentes de identidad, y por las constantes pugnas, se engendran odios irreconciliables, descontento subconsciente, que influirá decididamente en todas sus manifestaciones, en especial en el arte, y las grandes multitudes serán fácil presa de cualquier influencia foránea, que paulatinamente va minando nuestra identidad, hasta lograr nuestra despersonalización, y la atomización de la etnia.

Por estas circunstancias el mundo vive convulsionado, porque ya se advierte seriamente, el renacer de las etnias, ante el rotundo fracaso de las nacionalidades, y porque ostenta mayor sustento social y esencia cultural que la nacionalidad, lamentablemente otras instituciones que derivan de ella, y que no han cumplido plenamente con su cometido, y que hubiesen posibilitado en parte conservar. Nuestra identidad, y el respeto a la persona humana, cada día que transcurre el trauma social se acrecienta más.

Pero, una etnia, o comunidad nativa, bien constituida, que ostenta Genes bien conservados, no agredidos, ni manipulados, conciben Memes (Memes: son las memorias colectivas de las comunidades o etnias nativas que han concebido desde hace miles de años, todas sus manifestaciones materiales y espirituales o reglas de juego referentes a la ética y moral y que representa su identidad) sólidos y de gran cobertura y sustento social y que nunca morirán, mientras el hombre viva, estos grupos sólidamente conformados respetan al miembro de la comunidad, y estos no permiten que elementos foráneos, provenientes de otras etnias, impongan sus designios, y luego pretendan atribuirse nuestra representatividad, esta actitud lógicamente atenta contra la autoestima, el amor propio, que refrenda la identidad del grupo o etnia, porque existen vínculos que no permiten que se distorsione su sino, y hace imposible que el consenso de la comunidad, elijan como su líder, o como su representante a un miembro que no sea de su entorno o de su etnia..

Ustedes creen que algún día los ingleses elegirían como su gobernante a un rey o una reina negra, a pesar de que provienen de ellos, o que los alemanes aceptarían como su máximo representante a un miembro de la Dinastía China de los Ming., o que los judíos permitirían que los gobierne un mongol o esquimal, por supuesto que no, porque ellos tácitamente respetan su identidad y su herencia genética, étnica y cultural.

Pero, lamentablemente en este nuestro Perú, de milenaria data, desde hace un buen tiempo, so pretexto de la colonia o conquista, de la instauración de la república o el acceso a una fatua democracia, al haber accedido muy alegremente a estas formas de gobierno, carentes de sustento comunitario y étnico, hemos estado minando nuestra autentica identidad, al margen de que a algunos forasteros que los cobijamos sin recelos, no comprendieron nuestra prudencia y amabilidad, se haya permitido que personajes seriamente cuestionados pertenecientes a otras etnias, hayan asumido nuestra representatividad.

A no ser que esté seriamente equivocado, o a lo mejor muy pronto, porque todo es posible, en el gran teatro del mundo, que a un peruano genéticamente puro, sea elegido el Primer Ministro del Japón y un alto andino suceda en el Trono al Emperador Akakita.

Esto nos demuestra con una transparencia sin límites, que la etnia es más fuerte que la nacionalidad, y que el renacer de las etnias preocupa a los que so pretexto de una manoseada democracia, aún pretendan hacer prevalecer, instituciones y organizaciones que ya no tienen vigencia en el Siglo XXI.

Pero, antes de finiquitar este ensayo, tengo que dejar bien establecido, que nuestros grupos étnicos nativos, llamados despectivamente los Aymaras, Quechuas, Chancas, Moches, Puquinas, Chavines, Huancas, Cabanas y los que aun milagrosamente sobreviven, y que hemos heredado y adquirido una consistencia biológica, étnica, genética y cultural, de singulares características, y estamos dispuestos a seguir resistiendo los embates naturales y los designios de personajes que fungen de gobernantes, que nunca han valorado este capital humano nacido en el Perú, que es único, por no decir incomparable, de especial consistencia anímica, y que están ensamblados para resistir cualquier hecatombe ecológica que ya está programada, porque estamos dotados de una extraordinaria fuerza, voluntad y mística, que no poseen otras etnias, que se han maquillado con rasgos, actitudes y gestos que no concuazan con su identidad. .

Pero, sin temor a equivocarme y recurriendo a nuestro gran sentido premonitorio, y por la especial fibra étnica que ostentamos; así como nos cupo escribir la primera y más brillante página de la historia de América, por nuestra especial ubicación geográfica, producto de una delimitación basada en una prospección y proyección geopolítica, seremos también los que rubriquemos la última página, cuando el recalentamiento global nos precipite a los grandes cambios ecológicos que en épocas pretéritas precipitaron la extinción de las más emblemáticas presencias culturales del planeta.


Después de estas especulaciones, como moraleja, tenemos que admitir tácitamente. Que cada habitante del planeta, cualquiera sea el tono de su piel, o franja ecológica que lo cobija, tiene un negro metido y que algunos lo saben disimilar muy bien.

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