jueves, 9 de marzo de 2017

El oro de Arequipa: osamentas y ceramios con mensaje ancestral

Dr. Manuel Huanqui Hurtado

Hasta no hace mucho el pasado de los pueblos se interpretaba recurriendo a fuentes susceptibles de distorsión e inexplicablemente se marginaban las evidencias materiales, que paradójicamente son las que conservan con extra­ordinaria fidelidad las huellas del pasado. Arequipa es un enclave interandino que ostenta infi­nidad de muestras del pasado de diversa manufactura y antigüedad, unas obtenidas casualmente y otras rescatadas técnicamente por acción especialista y estudiosa, pero que lamentablemente el porcentaje de estas muestras es ínfimo y un volumen aun no precisado se encuentra en los estratos de la tierra. Gracias al lenguaje sobrio y contundente con que nos hablan estas evidencias ma­teriales, nos revelan la ver­dadera profundidad pre­histórica de los pueblos, y en especial de Arequipa, que sobrepasa largamente los 10,000 años, cotejado con los relojes radioactivos. Cuando de repente irrumpe el conquistador un 15 de agosto de 1540 en este valle de paradisíacos encantos y toman posesión de estos territorios en nombre de sus católicos Reyes y de in­mediato implantan una arquitectura de autoridad erigiendo palacios, castillos, mansiones, monasterios, conventos, templos y la catedral, amén de casonas solariegas, en toda el área de lo que hoy se conoce como la Arequipa Cuadrada, Esta actitud define parte de su impronta y constituye el segmento más reciente de su historia. Por estos perfiles de soberbia monumentalidad que nos legaron, se pensó y nos hacían intuir que la historia de este pueblo se iniciaba recién en esa fecha que plantan la cruz apoyados por la espada, imbuidos y premunidos también de un acendrado sentimiento religioso.
Por muchos lustros prevaleció este sino y muchas generaciones de rancio abolengo, vivió y murió con este pensamiento.

Las fuentes y referencias recopiladas por los cronistas del entorno de este valle, tangencialmente se ocuparon de los primeros pobladores de este enclave de impresionantes contornos, que el conquistador después de escrutar estos territorios decidieron quedarse cautivados por su magnetismo, sus efluvios telúricos y aromas ígneos, pero lo, que más atrajo en definitiva fue su transparente cielo azul y su luminosidad que definía mejor sus perfiles. Los casi recientes moradores de este valle, persuadieron y se esmeraron en escribir la historia de este pueblo, que la tiene y de la más frondosa, pero con el sesgo eminentemente occidentalista, inclusive por la trascendencia que venía adquiriendo por su ubicación geopolítica en la región sur, y para ratificar su entroncamiento directo con España, se envían emisarios a los Archivos de Indias de Sevilla, para extractar lo más significativo de sus ancestros en lo que a nobleza se refiere.

La imposición de otros convencionalismos, cos­tumbres, artes, ciencias y sentimientos religiosos fue tan contundente en este valle, daba la impresión que antes de este trance, no hubo otra evidencia de connotación, que la dejada por los prime­ros conquistadores.

La casualidad ha sido factor determinante que propicio los grandes descubrimientos que han dejado perfiles y rastros de antiguas civilizaciones y hoy apoyados por sofisticado instrumental y el aporte cen­trado de connotados cientí­ficos sociales, se está reconstruyendo el pasado de los pueblos con extraordinaria fidelidad y cobertura social. Ante el escepticismo de muchos, que obcecadamente pensaban que antes del 15 de Agosto de 1540 nadie en este valle, iban apareciendo cementerios precolombinos con tumbas que contenían osamentas, ceramios, objetos metálicos y residuos orgánicos de incalculable valor científico y recién gracias a estas evidencias se empieza a interpretar el auténtico pasado de este pueblo.

Estamos seguros que el próximo milenio, este pueblo como resultado de la sincronización sobria y serena de todas las evidencias confrontadas con los relojes radiactivos que la ciencia a puesto al servicio de la interpretación del pasado de los pueblos, se logrará un perfil mas científico de sus ancestros, gracias a las muestras materiales que conservaron esas huellas. Aquí algunas de esas referencias rescatadas técnicamente y que son pruebas irrefutables de su milenaria data.

ASPECTO CIENTÍFICO.

Las osamentas semejan papiros donde se ha codificado todas las vivencias de la vida de la persona, han quedado impresas las referencias de la calidad de su alimentación, las mal nutriciones, porcentajes de caries dental, enfermedades que los aquejaron, intervenciones quirúrgicas a la que fueron sometidas, malformaciones óseas adquiridas y congénitas, etc. y que ahora recurrieron a ordenadores electrónicos, nos están arrojando sorprendentes resultados que constituyen el auténtico lenguaje de la prehistoria.

FOTO DE LA DIADEMA

Leyenda.-Diadema de oro con aleación de plata y una ínfima porción de cobre, dicho espécimen fue analizado en los laboratorios de la universidad nacional de san Agustín. Tecnología conocida por los que moraban en este valle. Se aprecia el fino trabajo de laminado, a la que le imprimieron en alto relieve símbolos que sintetizan todo el universo de su cosmovisión. Cronología tentativa de 800 a 1,300 después de cristo. Este ornamento se encuentra en custodia del museo de san Agustín. Este singular hallazgo nos refiere que antes de ahora existió una marcada estratificación social.
OSAMENTAS

Leyenda.-Restos de tibia y peroné, con doble fractura y que en proceso de osificación por falta de asistencia provoco el desarrollo de un prominente callo óseo que comprometió la funcionalidad de ambos huesos, a tal punto de haberlos fusionado y que una vez rehabilitado el personaje le limito la normal flexibilidad del miembro inferior, imposibilitando su normal desplazamiento. Considerado para su entorno étnico como un minusválido. Por esta razón se le enterró con el rostro mirando al sur y no al sol. La orientación era un designio de índole étnico-biológico.

RESTOS DE CRÁNEO TREPANADO

Se le advierte la huella que se le practicó una trepanación craneana, por los informes y peritajes de especialistas nos refieren que pese a la intervención fue de riesgo, no se logró la sobrevida el que fue sometido. Este personaje también fue enterrado mirando y orientando al sur. Para la cosmovisión del mundo andino, estas disminuciones físicas les impedían prolongar satisfactoriamente el ciclo de su existencia se practicaba una eutanasia post morten. Ellos tenían el presentimiento que los restos de su disminución físico, una vez muertos se constituyen en nutrimento para los nuevos seres por nacer, y que su malformación física podría influir en su integridad física, y podría prolongarse su minusvalía.
CERAMIO

De manufactura local, no ostenta la calidad y el acabado que muestran otras áreas cercanas a Arequipa, como el estilo Chuquibamba y Chiribaya, pero los motivos decorativos que muestra se aprecian una clara influencia del Horizonte Tiahuanaco.
EVIDENCIAS COLLAS EN AREQUIPA.

El año 1974 por encargo del Instituto Nacional de Cultura, realizamos el primer trabajo de arqueología colonial en los ambientes de la Casa Tristán del Pozo, conocida también como Casa Ríckets, ubicada en la primera cuadra de la calle San Francisco, donde hoy funciona el Banco Continental. En el segundo patio, en los ambientes que están en el entorno, sector de la derecha, logramos ubicar pircas de manufactura colla, asociadas a fragmentos de cerámica como apreciamos en la foto, amén de infinidad de otras evidencias, consistente en residuos orgánicos. Se pudo constatar que no usaban el sillar o tufo volcánico, debido a que la masa ígnea les merecía sumo respeto. También se logró rescatar en este último segmento monedas de plata, acuñadas en Potosí. Este material está en custodia en el Museo de la Universidad Católica de Santa María. Otra de las evidencias que refuerza nuestro argumento del origen Colla de Arequipa, son la infinidad de topónimos con los que bautizaron a diferentes sitios de este valle, que son de origen Aymara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario